miércoles, 5 de noviembre de 2008

"Que te vaya como te mereces"

... fue la frase de despedida que utlicé, reflejando en mi voz todo el odio que provocó su partida.

Esperé a ver cómo su rostro se sonrojaba y sus ojos se llenaban de lágrimas antes de dar media vuelta y retirarme. No pude evitar esbozar una diabólica sonrisa al escuchar que mis palabras provocaron gran dolor, reflejado en ese sonoro llanto a mis espaldas.

No le dirigí ni una sola palabra los siguientes 4 años, durante los cuales, sufrió maltrato físico y emocional, no solo de parte de él, también de su estrenada familia política. Su cuerpo reflejaba los golpes con moretones que la ropa no alcanzaba a cubrir en su totalidad, los insultos, con grandes ojeras y exagerada pérdida de peso.

Me sentía superior cada vez que la veía cruzar la puerta con deblidad y la cabeza agachada.

Se lo merecía!!

3 diagnósticos:

Ruga dijo...

¡Maldit@!

Ash, pierde efecto con el arroba.

Relax dijo...

Ese sentimiento es una expresión de odio. Que mal que yo no pueda odiar, dice que da mucha energía.

Angye dijo...

Y por supuesto el odio provoca traumas espantosos!!
Ash!